miércoles, 27 de octubre de 2010

Del fenómeno low Cost a la tiranía subvencionista

La noticia de que Ryanair pretende cerrar tres de sus rutas internacionales desde Lavacolla ha caído como un jarro de agua fría en muchos y diversos ámbitos y ha suscitado miles de comentarios pro y contra Low Cost.

Esto no es nada nuevo, este fenómeno eclosionó cuando estaba estudiando la diplomatura, y como no podía ser de otro modo, el fenómeno monopolizó charlas de pasillo, tertulias de bar y cientos de horas lectivas siendo analizado desde las más diversas disciplinas, desde la economía hasta el marketing pasando por planificación, innovación, el turismo alternativo y hasta los idiomas...!y ya en aquellos e iniciáticos momentos suscitaba la mayor de las admiraciones y a su vez salían de debajo de las piedras otros tantos detractores que hablaban de precariedad laboral, legislación aplicable, mermas en la calidad de servicio, seguridad en la aviación y un largo etcétera.

Por otro lado otros muchos alababan la cirugía de costes, el conocimiento absoluto del mercado que le permitía "jugar la vuelta" al sistema y democratizar la aviación, de la innovación en los procesos, la usabilidad de Internet, del aumento del gasto en destino derivado del ahorro en transporte... y otra vez un largo etcétera..

El fenómeno Low cost no es nada nuevo, ni hoy en día terreno exclusivo del sector turístico, si bien ha sido exportado por éste y ha resultado todo un pastel para todos como viajeros.. aunque a veces nos hayamos quedado con cara de cuadro pensando.. "no sé si me ha tangao", pues supongo que sí, que a todos nos han "tangao",pero lo justo y necesario, en conceptos tan conocidos como "su maleta no se ajusta 100% al peso y las medidas", "pago con tarjeta- que no existe otra fórmula- pero si pago con tarjeta me cobran x más", y tu vuelo no sale... -pero que esperabas pagando 30.-€!-hemos aceptado que esto es así, aunque en otros servicios "low cost" si el servicio es precario, protestamos, y mucho!, pero en el caso de las compañías aéreas lo hemos interiorizado perfectamente.

Entiendo a los que argumentan que con la situación actual no tiene sentido abonar -del dinero público- las cantidades que solicitan estas compañías, pero también en este caso la réplica es sencilla: es verdad estamos viviendo una crisis terrible y eterna... pero considero que en una crisis, más que nunca, el dinero público debe ser invertido en aquellas partidas que generen más dinero, no invertir en "saco roto", de una crisis se sale (de manera simplificada) cuando la economía vuelve a reactivarse, cuando la gente gana y gasta & gasta y gana. Y nos guste o no nos guste el modelo Low cost, lo entendamos o no, esto mueve a millones de turistas por el ancho mundo, genera ingresos de diversos colores, y funciona, - el turismo es la primera industria a nivel mundial, y este año mientras el crecimiento sigue en valores negativos el PIB turístico crece el 0,6% tras un tremendísimo batacazo el pasado año....-

Y es fácil: inviertes cuando esperas una tasa de retorno mayor a la inversión, y todos los destinos se someten a las "low cost" porque cualquier plan de mercadotecnia, de marketing de destinos, de comunicación y publicidad... que pretenda llegar a tanto cliente potencial y revierta el número efectivo de turistas en destino que consiguen estas compañías costaría mucho más que la aportación económica solicitada.

Lo que no entiendo, y he leído fragmentos de las cartas remitidas al ejecutivo gallego por parte de los directivos, en este caso de Ryanair, es cómo hemos llegado a este punto, considero que cuando tienes un proyecto en el que crees, debes ser capaz de venderlo, no de imponerlo, y las formas nunca deben perderse.

Tampoco entiendo, aunque supongo que se debe a que vivimos en una eterna campaña electoral, la política de balones fuera de todas las administraciones, en todos los niveles y todos los colores... esto lo deben arreglar los tecnicos: si les dejan!.

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