martes, 14 de diciembre de 2010

Un mundo efímero

Qué suerte tienen algunos de que vivamos en un mundo tan efímero!, llevo días esperando y madurando la idea de hablar del tema de los controladores, y mientras esperaba que a mis manos llegase algún tipo de información (real, no sesgada, fidedigna y no-unilateral) me he rajado, me he cansado de esperar, dado que esta información parece no existir.

He escuchado que los controladores ganaban 300.000 o 150.000.-€ anuales (300.000 O 150.000????¿?¿): miren señores, con la diferencia entre 300.000 y 150.000 euros se puede dar de comer a medio tercer mundo durante algún tiempo ... y ni siquiera hace falta salir de casa, se puede ayudar, con esa diferencia a los casi 2 millones de niños que están en situación de pobreza relativa en España (no lo digo yo, lo dice el informe Infancia en España 2010-2011).

No sé, para mi no es lo mismo 300 que 150, aunque sea mucho..., en cualquier caso, también he le leído que una controladora aérea de Santiago (donde se desencadenó este infortunio) cuya nómina mensual no supera los 2000.-€ envía cada mes su número de cuenta al Ministerio para que tengan a bien ingresarle la diferencia entre lo que dicen que cobra y lo que en realidad ingresa, sea cierto o no, es simpático).

Fuentes aeroportuarias cifraban en 676.000 los viajeros afectados, mientras que AENA ha dado cifras que rondan los 330.000. Hasta dónde yo sé, los viajeros son tangibles, y sólo debemos aprender a contar (no hasta 10, con los dedos) no hay que extrapolar datos, aplicar un avanzado modelo econométrico y volcar los resultados en un carísimo programa estadístico: sólo hay que saber contar.

También he escuchado y leído, y escuchado y leído y... que las pérdidas ocasionadas por el cierre del espacio aéreo ascienden a 80 millones de euros diarios sólo para las compañías aéreas, (sin incluir las atenciones extraordinarias a los viajeros por la situación generada), los hosteleros calculaban unos 250 millones de euros en pérdidas. También escuché cifras de 500 millones ... y... otra vez, no es lo mismo...

El día 7 la prensa apuntaba que Miguel Sebastián consideraba "prematuro y precipitado" dar cifras de pérdidas, (si se me permite un apunte, a mi me parece "inapropiado e injusto", permitir que se pierda ni un céntimo (ni de las empresas ni de los viajeros), en la situación económica que vivimos).

En resumen, a día de hoy (14 de Diciembre), no sabría decir cual es la cifra real de afectados, cual es la cifra estimada de pérdidas económicas, y tampoco sé responder a la pregunta del millón: ¿cuánto cobra un controlador aéreo en España?.
Y mientras seguimos esperando para saber si finalmente seguimos en este insólito estado de alarma, si los controladores pagarán con su patrimonio, o con la cárcel o con nada, si alguien dimite, si es reversible la imagen de España en el exterior, si en Navidad podremos visitar a familiares y amigos o si definitivamente volvemos a las cavernas...

Sin embargo, da igual, nada de esto pasará o pasará pero lo habremos olvidado antes de que que deshiele en Peña Trevinca, porque nuestra memoria es limitada, cada vez más limitada, gracias a este universo efímero en el que vivimos, y mientras estamos todos pendientes de un tweet que nos advierta de que la crisis de los controladores ha finalizado, o de que la crisis económica se ha evaporado "fugazmente". Esto no se resuelve con un "tweet", y aunque parezca que ya nada es trascendente, lo es.

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